¡Bienvenidos a “Diario de un Colombiano en el Extranjero”! Esta plataforma es un rincón para conectar a colombianos que están llevando su esencia por el mundo. Aquí celebramos nuestra cultura, compartimos anécdotas y exploramos los altibajos de vivir lejos de Colombia.
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Diario de Yuly
Conoce a Yuly, uno de nuestros personajes, y sigue sus aventuras y reflexiones en su nuevo país. En su diario, Yuly comparte sus experiencias y sentimientos, abriendo camino para que otros se animen a contar su historia.
Quisiera sentir esa electrizante sensación de novedad que percibo en los demás viajeros, yo solo no logro acoplarme, esto es realmente jodido mano… Los olores, sonidos y vistas son diferentes, pero no me invitan a explorar, por el contrario, me hacen extrañar a tope desde el odiado ladrido del perro del vecino hasta el alegato constante de mi vieja, que sí que jode por todo… Es normal sentir una mezcla de emociones, pero quisiera que estás fueran buenas para mí y solo puedo ir de la tristeza a la ansiedad. No me halló en ninguna parte y aunque sé que cada quien tiene su propio ritmo para asimilar, veo que para los demás es más fácil, quiero tratar de vivir sin presiones y no encuentro cómo hacerlo, no sé si tal vez es demasiado para mí o solo necesitaba expresarlo.
Hoy me he dado cuenta de que los demás no son mis enemigos, no estoy en la jauría de mi barrio, en donde doña Magdalena vive en la ventana buscando un chisme para embalarme, si bien, no todos son mis amigos, tan poco tienen listo el pie para hacerme zancadilla, son cosas que me imagino y con las que debo luchar, a veces no nos gusta la forma de ser de los otros, pero todo está en saberse acoplar, entender y aceptar la diferencia, me ha costado mucho, pero no puedo castigar a quienes quieren acercarse, todo porque en el pasado otros me hicieron daño… Este viaje me ha cambiado, veo todo desde otra perspectiva. Puedo extrañar mi tierra, mi familia y la comida, pero no tengo derecho a seguir cargando con el dolor que me hizo alejarme… Estar lejos es difícil, pero siempre hay oportunidad de sorprendernos con cosas, lugares y personas maravillosas, y tengo El compromiso conmigo misma de permitirme al menos intentarlo…
Hoy la nostalgia me invade, evocó el olor del chocolate caliente y siento frío, pero no se trata de ese frío físico que se quita con una ruana, sino ese que agobia, y que hace doler más que los tuétanos, ese que ni una fogata calma, es el frío del alma, esa ausencia que mata… Es cerrar los ojos y ver la cara de mi madre, los huequitos de sus cacheticos que casi nunca deja ver, porque la señora es mala para reírse… Cosa que imagino herede de ella… Es su abrazo fuerte que hoy siento tan ajeno, son los gritos de mi hermano celebrando un gol… Ese espasmo que sentía cuando lo escuchaba y que hoy anhelo, es el olor a campo al salir al patio y las madrugadas de terror con la Nidia creyendo ver la pata sola… Es mi sentido de pertenencia que hoy reclama un espacio conocido, es sentirme como un grano de arena perdido de su playa, queriendo cerrar los ojos y aunque sea por un instante sentir la calidez del hogar que deje y jamás pensé extrañar tanto…
Emprendimientos
Juan David Castillo El Man de los Chorizos
De Manizales a París